viernes, 27 de noviembre de 2009

Statu quo

Cómo olvidar el 2006, quizá uno de los mejores años de mi vida. Todo era maravilloso, aquel periodo trajo muchos cambios a mi vida y me hizo madurar.

Vivía en Madrid rodeada de amigos con los que pasaba muchísimas horas de farra. Ese año terminé la maestría, hice un diplomado, fui coautora de un libro y me mudé. Esa mudanza... se supone que sería por unas semanas pero acabé viviendo allí un año; una de las etapas más gratas de mi vida. Aprendí muchísimo, me quisieron y quise profundamente. Trabajé en una especie de think tank dedicado a asuntos internacionales que se enfocaba especialmente en el fortalecimiento de las democracias. En diciembre viajé a México y pasé las fiestas con mi familia, a la cual no veía hacía un año. Fue en ese momento cuando más plena me sentí y me repetía que no tenía más nada que pedir. Era completamente feliz y pensaba que si moría en ese instante la vida no me habría quedado a deber nada.

Todo cambió en 2007, aquel sentimiento se fue y no regresó... hasta hoy.

Una vez más me siento plena. Me gusta mi trabajo, me encanta la grilla a pesar de las mal pasadas que me he dado en la Cámara. Tengo una buena relación conmigo, con mi familia y con mis amigos. Hay alguien que me hace muy feliz y con quien disfruto cada momento, viviendo el "hoy" y pensando menos en el "qué pasará".

Trabajaré duro para mantener el statu quo. : )

jueves, 19 de noviembre de 2009

Dos toros, una historia


Hedonista, insaciable, obstinado y de carácter muy fuerte. Indomable por momentos, pero dispuesto a amar y a entregar todo una vez que se siente seguro. Vive intensamente y es capaz de adaptarse incluso al más hostil de los ambientes.

El temible toro cuya furia puede herir de gravedad a quienes tiene cerca, a quienes más quiere. Si se pretende entenderlos, es necesario aceptar su pasión por la vida, por la libertad --física y mental-- y su continua lucha por obtenerla. Cuando no consiguen lo que quieren, es mejor hacerse a un lado para evitar ser lastimados en un ataque frontal. Tiene voluntad de hierro y es perseverante y fuerte. Todo un sibarita, amante también del confort y la sensualidad.

Lidiar con un Tauro es un reto pero, ¿qué pasa cuando se alían dos toros?

"
Ante ellos tiembla la tierra, se estremecen los cielos, el sol y la luna se oscurecen, y las estrellas pierden su resplandor."

P.D. Los Tauro pecan de ególatras.

martes, 10 de noviembre de 2009

¡Bon Voyage!

Cuando menos lo esperas y en el momento en que te reconoces tan fuerte como para hacer frente a las situaciones más adversas, todo cambia. Lo peor ya ha pasado y, felizmente, puedes disfrutar el viaje una vez más.

miércoles, 21 de octubre de 2009

El show de la burocracia

¡No tienen madre! "Sepultan" el impuesto de 2% "para los pobres" pero incrementan el IVA, ISR y el IEPS. En resumen, paguemos más los que ganamos menos, un gobierno de derecha nunca afectará al sector privado. No, que no paguen las transnacionales multimillonarias, que paguen los ciudadanos de a pie. Sangren más la ya de por sí convaleciente economía del mexicano promedio.

Le sumo a este disgusto el hecho de que sean las 3:30am y yo siga en la Cámara viendo y escuchando las sandeces de una bola de burócratas que negocian favores políticos. Ni hablar, esto es lo que yo quería, sólo espero no se alargue mucho más porque hace 16 horas que estoy aquí y francamente ya me cansé.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Mi vida en la "H." Cámara de Diputados

Burocracia. Días que empiezan a una hora decente y que terminan a una hora indecente. Trabajos para los que es necesario, si acaso, haber completado la primaria. Dos horas para comer en un lugar en el que se empieza a volver una tortura salir del cubículo, pero también quedarse.

Las horas parecen eternas; por cada movimiento de la manecilla hacia adelante, pareciera que hace tres hacia atrás. Manifestaciones, actos circenses y pocos diputados trabajando. Pleitos internos, desacuerdos, inconformidades. Acoso constante, interminable. Pocas faldas y muchos (demasiados) machos. Baja percepción de dinero, y por honorarios, claro.

Política. Se desayuna, come y cena grilla. Periodistas, sesiones, partidos y mucha gente. Días de sesión con mucho movimiento. Indescriptible recinto; grande, imponente. Comunicación y política, un sinfín de resultados posibles a partir de esta combinación. Más grilla, cómo la disfruto. Tardes para tomar café en el patio. Al fin, parte de la burocracia.

¿Es esto lo que busqué durante tanto tiempo?

lunes, 5 de octubre de 2009

¡E pur si muove!

La razón ordena que me aleje y me olvide ya de ese castillo que he construido sobre pilares de aire. Lo intenté, quise escapar de un probable fracaso antes de ver cualquier síntoma. Me dije a mi misma y a los demás que se había terminado, no quería arriesgar. Después entendí que tuve un episodio de pánico regido, principalmente, por caprichos hormonales. Para ganar es necesario apostar y, si pierdo, al menos lo habré intentado. No está en mi naturaleza el concebir una derrota antes de siquiera empezar la batalla.

Lo dije porque así lo pensaba y en su momento me negué a regresar. Aseguré a toda persona con quien hablé al respecto que saldría adelante y me olvidaría del asunto. Dije que no te quería en mi vida y que ya vendrían tiempos mejores.

Te negué ante el mundo de la misma forma que Galileo Galilei abjuró su teoría heliocéntrica frente al tribunal de la Inquisición, a pesar de creer en ella con todo su ser. No obstante, al igual que él, mientras me alejaba de ti y renegaba de mis sentimientos murmuraba: E pur si muove.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Pérdidas

Cuando se trata de escoger entre dos males se opta por el menor. No es una decisión fácil, le he dado vueltas durante cuatro días. Debo elegir entre vivir el "hoy" al máximo sin importar futuras tristezas o, como en el poker, retirarme a tiempo antes de que las pérdidas sean incalculables.

De cualquier forma duele, pero si le preguntaran al enfermo si considera que perder un dedo es menos malo que la amputación de todo el brazo ni siquiera lo dudaría. En el sentido más práctico, de eso se tratan las relaciones personales, traen consigo muchas cosas buenas pero tarde o temprano acabaremos sufriendo en mayor o menor medida.

No hubo cartas marcadas, siempre supimos quién era quién. El arte de un buen jugador está en saber retirarse a tiempo. Me duele, ya te extraño, haces falta; pero prefiero perder sólo un dedo.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Nota Mental

Terminó el partido (malísimo, por cierto) del América. Por morbosa, no pude evitar ver el principio de Nuestra Belleza 2009. Describir los 10 primeros minutos como "vomitivos" sería un eufemismo. 34 niñas cantando y bailando canciones con letras estúpidas, al más puro estilo de aquellas de Garibaldi en los noventa, revoloteaban en el escenario. ¿Es que de verdad no se cansan de denigrarse?

Conduciendo, el perpetuo Ernesto Laguardia junto con otros tres televisos que con trabajo articulan una oración completa sin equivocarse. ¿Es tan difícil leer el teleprompter? No pienso ver más, sólo se me ocurre hacer una nota mental para nunca olvidar que estoy mejor sin televisón nacional (excluyendo los canales 11 y 22). Pena ajena, es increíble...

sábado, 19 de septiembre de 2009

La relación más difícil

Soledad. En ocasiones mi aliada, pero también mi yugo, un estigma. De todas las relaciones que he hecho en esta vida, sin lugar a dudas, la que tengo conmigo es la más importante. Tristemente, también es la que más he descuidado. Se me ha olvidado (o no he querido) fortalecer esa conexión y, durante mucho tiempo, me he aferrado a otros como si fuesen una tabla de salvación tras el naufragio.

Después, lo inevitable. La gente va y viene, las ciudades cambian, los ciclos terminan y yo me quedo en medio de la nada sin aceptar que para estar bien con alguien más es preciso reconciliarme con mi persona. Y así me mantengo suspendida, como saltando de un árbol a otro, sin soltar una rama hasta alcanzar la siguiente.

Pareciera que he desperdiciado mucho tiempo y esfuerzo construyendo murallas en lugar de puentes porque a
l final sólo hay soledad, no importa quiénes y cuántos estén a mi alrededor. Por ello, es imperativo restaurar los lazos que me unían a mi misma antes de seguir con la obstinación de relacionarme con otras personas.

Quiero volver a disfrutar de la soledad para encontrarme, después de un considerable periodo, en buena compañía conmigo misma.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Disturbio Mental

¡Hoy nada me importa! Al menos eso pensé cuando abrí los ojos, muy cansada por el ritmo de vida (fundamentalmente nocturno) que me he impuesto últimamente. Decidí dejar el mundo por un día. Hoy no me subí, punto. No me interesaron las manifestaciones, las pláticas (triviales o profundas), la inseguridad de la Ciudad de México ni la intensa lluvia que Tláloc tuvo a bien enviar. Hoy preferí adentrarme en mi propio ser, en mi existencia.

Hubo de todo: sol, lluvia, congestionamiento de ideas y, sobre todo, un cúmulo de fantasías quiméricas, de esas que te hacen meditar y que dejan al descubierto los más profundos secretos del inconsciente.

Intrincados callejones, laberintos mentales, una autopista de información (mucha veces inútil), recuerdos encerrados en cajones empolvados. Deseos que rayan en lo imposible, esa terca y constante atracción por lo prohibido, y al fondo, sólo obscuridad. Frente al yo imaginario que recorría estos senderos se encontraba el lado más infame (no siempre reprimido) de mi persona.

Me parece que es mejor lidiar con el tráfico, las inundaciones y la, a veces insoportable, superficialidad de las personas que nadar en las aguas negras de mi mente y despertar el lado más vil que existe dentro de mi.

No, mi cabeza no se asemeja a un país desarrollado, más bien es un desastre que de alguna extraña y maravillosa manera se las ha arreglado para salir adelante, pero no por ello deja de ser un CAOS.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Recuerdos

Hoy he sido arrollada por una avalancha de ellos. Gratos, locos, dolorosos, graciosos, extraordinarios, obscuros, felices, lejanos, extraños e irrepetibles momentos.

Las personas, los lugares y las circunstancias cambian, pero los recuerdos son permanentes, están suspendidos en una dimensión atemporal como una prueba fehaciente de nuestro paso por este mundo.

Esta vez me han tomado por sorpresa, llegaron sin previo aviso. Por un momento me abstraje del aquí y del ahora para recolocarme en otro tiempo y otro espacio. Yo no los he buscado, me han encontrado.


La memoria es caprichosa, cuando pretendemos recordar pareciera que se esconde y cuando queremos hacerla a un lado, vuelve terca a aparecer.

miércoles, 24 de junio de 2009

¿Votar o anular?


Elecciones., un tema tan recurrente como inevitable. A tan sólo 19 años de la creación del otrora confiable Instituto Federal Electoral, nos encontramos ante un panorama poco alentador que deja ver las fisuras (que son bastantes) del sistema partidista mexicano.

Lo cierto es que hemos caído en diversos baches que alteran la perspectiva (para algunos convenientemente) y desvían la atención de los comicios. Tenemos en primer lugar la crisis económica, consecuencia de una profunda recesión mundial encabezada por Estados Unidos, pero reflejo también de las medidas tomadas por el Gobierno que en un principio la catalogó como una simple "gripe".

En segundo lugar se encuentra la profunda crisis social por la que atraviesa el país. Inseguridad, desempleo y pobreza han debilitado la estructura que sostiene (o debería de sostener) a la población en sano equilibrio. Si a esto le agregamos el episodio de pandemia por influenza humana (muy mal manejado por los medios de comunicación, que lo único que lograron fue crear pánico y una casi fatal baja en el sector turístico), tenemos como resultado una hecatombe que en otros tiempos quizá hubiera derivado en una revolución. Lamentablemente, pareciera que hoy nos es más sencillo callar y, como se dice coloquialmente, "aguantar vara".

Por si fuera poco, a las dos anteriores le agregamos la terrible crisis institucional; me parece que quizá es la más peligrosa cuando se habla de una nación. Uno puede prescindir de artículos que no sean de primera necesidad, también se puede manifestar o puede exigir a quien esté en el poder que tome medidas para que la calidad de vida mejore. Pero, ¿qué pasa cuando la gente ya no cree en sus gobernantes y legisladores? ¿Cómo se exige a una bola de burócratas que hagan bien su trabajo cuando todos son virus de la misma cepa? ¿Qué se hace cuando el máximo órgano en materia electoral se ha convertido en la casa de la risa?

Tristemente, es el caso de México. El sistema partidista no ha hecho más que enriquecer a los militantes y candidatos que demagógicamente buscan convencer a un electorado cada vez más harto. Campañas basadas en descalificaciones, candidatos que fluctúan entre partidos según les convenga, pleitos internos, falta de propuestas, poca o nula seriedad y el enriquecimiento obsceno que consiguen los partidos con los impuestos que paga el ciudadano de a pie, son el pan de cada día.

Ni PRI, ni PAN, ni PRD (evito hablar de los menores porque, me parece, son simplemente negocios familiares). ¿Dónde quedaron los ideales, la convicción de seguir una corriente política contra viento y marea? ¿Dónde está la derecha que defiende la economía y atrae la inversión? ¿Qué pasó con los ideales revolucionarios (que tanta falta hacen) del PRI? ¿Por qué México no ha logrado una izquierda inteligente que proponga y realice en lugar de descalificar y alborotar?

Hoy, más que nunca, México necesita líderes que estén dispuestos a luchar por una causa noble, no sólo a enriquecerse o a perder la cabeza con el poder. Sé que la política no es perfecta, pero creo en la Democracia. El sistema actual no sirve, sé que una preocupante cantidad de electores están pensando en anular su voto. Creo que es importantísimo hacer una reforma electoral, pero una bien hecha.

El tema de anular o no el sufragio es muy personal. Para mi, ninguna de las "propuestas" de los diferentes partidos merece mi voto, y ya me he cansado de elegir "al menos malo". No, ¡basta! Me fastidia ver el fuerte contraste entre los ideales de la Democracia y la realidad, entre sus enormes posibilidades y sus paupérrimos logros, al menos en este país.

El abstencionismo y/o voto nulo, pensamos, es el último recurso para una sociedad que está cansada de decirle a sus gobernantes que trabajen, porque para eso les pagamos. Pero no sé si esta medida sea del todo fructífera, pues al final, los candidatos serán electos por mayoría, no importa si ésta corresponde al 10% del electorado (de ahí la urgencia de una modificación a la Ley Electoral para que sólo obteniendo el 50% más uno puedan acceder al cargo, al menos en comicios presidenciales).

Entonces, ¿votar o anular? Ojalá supiera, es una encrucijada; lo que sí creo es que lo peor que puede hacer una sociedad inconforme es callarse. En una democracia es el pueblo quien debe gobernar y para ello debe hacerse escuchar.

Hago un llamamiento para que la decisión que tomen este 5 de julio, sea cual fuere, provenga del estudio de las propuestas de sus candidatos (el votante debe de ser activo también). Que el sufragio que emitan o anulen durante la próxima jornada electoral emane de la reflexión.

Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción.

miércoles, 29 de abril de 2009

Serendipias


¿Existe la casualidad? ¿Es posible que la secuencia de una vida pueda depender únicamente del azar? Según el Principio de Causalidad del filósofo David Hume no; si B depende de A, quiere decir que siempre que haya A, habrá B. Es decir, según Hume, nada en esta vida es por azar, existen detonantes que tienen consecuencias en las que quizá nos hemos visto envueltos, pero no por eso son aleatorios.

Pero, concordando con Bertrand Russell (otro destacado filósofo), para mi el Principio de Causalidad no es correcto sino, más bien, es una reliquia de una época pasada que sobrevive, como la monarquía, porque se cree, erróneamente, que no causa ningún daño. Yo, en lugar de eso, creo en las serendipias.

Defiendo firmemente la premisa: cada quien es el arquitecto de su propio destino. Nunca he creído, o quizá no he querido pensar, que todo lo que me sucede está escrito en una especie de libro de vida que seré capaz de leer, irónicamente, una vez que haya muerto. Creo en el valor de mis decisiones, creo en las opciones, en los accidentes, en lo imprevisto... en que mi vida es un mapa en el que yo decido qué ruta seguir y en el que cada camino que escoja presentará nuevos y diferentes retos.

Algunas de las mejores cosas de mi vida han sucedido en el momento en que menos lo esperaba. Varias veces tomé decisiones que pensé me llevarían a un lugar y terminé en otro, y la mayoría de esos momentos me cambiaron la vida para siempre. Casualidades afortunadas; estar en ese lugar, en ese preciso momento, porque unos segundos después, todo hubiera resultado diferente. Una palabra, una señal, una mirada, un suspiro, pueden cambiar el sentido en el que nos movemos.

Francamente, al menos para mi, en eso consiste la magia de la vida, en no estar atados a un resultado forzoso, en tener la libertad de escoger nuestro camino, pero también en tener la libertad de equivocarnos. El placer de encontrar en un recién conocido más rasgos familiares y más compatibilidad de caracteres del que se tiene con personas cercanas. El despertar un día y darse cuenta de que un imprevisto sacude fuertemente la tierra bajo tus pies para después asimilar que es precisamente ese hecho inesperado el que, felizmente, te ha cambiado la vida y ha marcado tu alma para siempre.

Soy soñadora, me gustan esas historias maravillosas en las que hay desenlaces difíciles de creer y de explicar. Con suerte, ese final sea lo que nunca esperaste y, al mismo tiempo, lo que necesitabas. Las casualidades dan sabor a la vida, la sazonan para que no sea insípida; le dan textura, olor, color... El descubrimiento fortuito (de personas, de hechos, de cosas) te ayuda a encontrar respuestas a problemas que ni siquiera te habías planteado, a resolver dilemas impensados, a seguir sueños, a vivir y a dejar de ser sólo un espectador.

Sí, creo en las serendipias.

Encontrar algo magnífico mientras se busca otra cosa, descubrir algo valioso por casualidad, realizar por azar un acto de sagacidad, eso es una serendipia...

jueves, 19 de febrero de 2009

Lecciones de fútbol


La vida es como el fútbol. Uno puede estudiar a lo que se va a enfrentar; puede llegar a creer en que las cosas se desarrollarán de determinada manera y puede creer también que estará preparado para reaccionar ante tales circunstancias. Lo cierto es que en la cancha las cosas son muy diferentes, son mucho más duras y, generalmente, existen más variables de las que se tomaron en cuenta en un principio. De cualquier forma, estamos acostumbrados a escoger una alineación, a apostar por una posición ante la vida, misma que difícilmente modificaremos, aún cuando las circunstancias hayan cambiado.

La primera táctica es netamente defensiva, el famoso catenaccio italiano, quien lo aplica a su vida diaria suele estar preparado para el ataque frontal. Es menos probable que vaya a adelantarse en el marcador, pero es una forma segura de jugar, nunca estará mal parado. El tipo de persona que juega a defender suele ser calculadora, mide cada paso, planea y ejecuta, pero sacrifica el espectáculo. En su vida rara vez habrá sorpresas, todo está controlado.

Tenemos, por otro lado, quienes llevan una vida en medio campo. Unas veces atacan, otras se limitan a cuidar que el balón no llegue muy cerca de su marco. Son personas que creen saber cuándo vale la pena arriesgar y cuándo es mejor mantener un perfil bajo. El conflicto es que hay veces que tienen el balón y no saben qué hacer con él, no están acostumbrados a ser el centro de atención y probablemente los encontremos facilitando el éxito a alguien más, es decir, poniendo balones para que otros metan gol.

Por último tenemos a los que juegan claramente a la ofensiva. Gente que quiere espectáculo aunque no siempre lo consiga. Los delanteros tienen una limitante, dependen de los pases que les pongan para hacer un gol. Lo complicado es que puede pasar mucho tiempo sin que les llegue un buen balón y, mientras tanto, se limitan a esperar y esperar. De los centros que puedan recibir, quizá uno de cada siete termine en gol. Pero, quién sabe, tal vez algún día logren hacer una genialidad dentro del área. Son el tipo de personas que están esperando un golpe de suerte que quizá llegue, pero uno no puede basar su vida en tales expectativas.

Mi punto es, no importa qué alineación escojas, las variables del equipo que tienes en frente, es decir, las circunstancias de la vida, pueden cambiar en cualquier momento. Un fuera de juego, una provocación, un error, pueden modificar los resultados. A veces es necesario reformular la táctica inicial para hacerla más efectiva, reconocer que la situación no se desarrolla como pensábamos en un principio y hacer frente a los nuevos retos. Lo ideal es saber cuándo comportarse como defensa, cuándo controlar el balón en el medio campo y cuándo rematar a gol.

Por mi parte, estoy cansada de pensar (erróneamente) que tengo las cosas bajo control; no quiero darme cuenta de que en cinco minutos puede cambiar (y cambia) todo el panorama. Me cuesta aceptar que en la vida, como en el fútbol, hay variables incontrolables y que es precisamente eso lo que hace que el espectáculo valga la pena.

lunes, 16 de febrero de 2009

¿Existe Cupido?


Febrero. Un mes que para algunos es sinónimo de amor meloso, amistad puberta y demás cursilerías. La simple razón de tener a alguien especial con quien pasar una fecha tan importante como el "Día de San Valentín" los hace creer que esta vez sí va en serio.

Para mi, febrero es un mes como cualquier otro, si acaso, se distingue por ser más corto, porque se pasa como agua y por la insufrible mercadotecnia de la que muchos siguen siendo presa cada año. El sábado fui al bazar de San Jacinto, desafortunadamente no fui la única a la que le ocurrió semejante idea. Me abrí paso como pude, compré lo que fui a buscar y caminé de regreso para zafarme del paisaje cubierto de corazones rojos, globos y flores que, según ellos, iban de acuerdo a la ocasión. El colmo fue que de repente se me acercó un corazón ambulante (sí un tipo disfrazado de corazón) para ver si los podía ayudar con una toma para TV Azteca en donde me regalaban una rosa y yo era feliz.

Murmuré que estaba esperando mi coche y que me sería imposible. Por educada, no pude gritar Fuck Valentine's Day! en cadena nacional, aunque me hubiera gustado. No es que no crea en el amor, más bien no me trago eso de happily ever after. Mi visión es una más apegada a la realidad, no un cuento de hadas que deviene en pesadilla dantesca.

Así es que me pregunto ¿realmente existe cupido? Si es así, hace tiempo que se la acabaron las flechas porque cada vez somos menos las personas que creemos en un amor desenfrenado (como el que buscábamos o teníamos a los 18), en el estar perdidamente enamorados (idiotizados) y en la codependencia. El de hoy es otro tipo de amor, uno que comparte, que es libre, que sabe estar sin ser encimoso, el que dura sin necesidad de cadenas, nombres y contratos.

O Cupido está muy ocupado en otro sector del planeta o de plano yo soy inmune a sus flechazos.

Ópera Prima

Relatos desde Liliput es mi ópera prima en el ámbito bloguero y se convertirá en mi válvula de escape cuando las ideas, presiones y demás cosas que suelo acumular en mi cabeza estén por hacerla reventar.

Seguramente, las personas que más conviven conmigo y quienes han visto mis explosiones consecuencia del desempleo, la politiquería barata y sobre todo (el tema recurrente de mi vida) los hombres, son quienes más lo van a agradecer.

Inauguro entonces este medio para descargar mi bagaje emocional, intelectual e incluso artístico de una forma sana y sin mentarle la madre a quien se me ponga en frente.